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14 Miró y vio al rey, que estaba junto a la columna, conforme a la costumbre, a los príncipes y los trompeteros junto al rey, y a todo el pueblo del país que se regocijaba y tocaba las trompetas. Entonces Atalía, rasgando sus vestidos, clamó a voz en cuello: «¡Traición, traición!»

15 Pero el sacerdote Joiada ordenó a los jefes de centena que gobernaban el ejército: «Sacadla fuera del recinto del Templo, y al que la siga, matadlo a espada.»

Como el sacerdote había dicho que no la mataran en el templo de Jehová, 16 le abrieron paso y la mataron en el camino por donde entran los de a caballo a la casa del rey.

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